- La obra de Strauss tiene una interpretación magistral, con una pareja central decadente y una adolescente que de víctima se convierte en verdugo.
- Grandes actuaciones coronaron una firme y sobria dirección musical de Philippe Auguin y una coherencia estética en la dirección escénica de Bárbara Lluch.
- Hay funciones hasta el 4 de noviembre.

