El 2025 fue un año caótico y emocionante que clamaba por un soundtrack a la altura.
El género se convirtió en el gran protagonista de la música al abrazar la diversidad, dando lugar a una explosión de sonidos que van desde el metalcore y el djent técnico, hasta el alt metal con toques de shoegaze.
La clave del éxito fue la fusión: varias de las bandas más destacadas se atrevieron a sumar a su repertorio elementos impensados como el reguetón, el pop y el R&B