El 7 de noviembre se cumplieron 30 años del lanzamiento de uno de los álbumes que marcó a una generación.
La imagen del perro de tres patas se convirtió en la metáfora perfecta de una banda que seguía de pie pese a estar rota.
Seis meses de agonía en Bad Animals Studio, sesiones nocturnas con un Layne Staley que luchaba contra la heroína y un ultimátum de Sony que lo terminaría todo.